Las Pulgas en las Mascotas
Son insectos muy pequeños que pueden llegar a medir aproximadamente 2 milímetros, son de color rojo o café oscuro, carentes de alas, capaces de saltar grandes distancias impulsados con sus largas y fuertes patas traseras, lo que les permite desplazarse de un lugar a otro en forma muy rápida.
Las pulgas en su fase adulta son insectos hematófagos, es decir que se alimentan de sangre. Esto lo logran inoculando mediante su saliva una proteína que actúa como anticoagulante, lo que les facilita la succión de la sangre. La real importancia de las pulgas es que son parásitos externos (Ectoparásitos) de muchas especies, pudiendo afectar a nuestra mascota e incluso al humano. Pueden producir desde una simple irritación por el roce de las patas de las pulgas sobre la piel de los perros o gatos, hasta una picazón intensa sobre una zona específica (Prurito), dada por la proteína que se inocula en la saliva. Pueden además provocar anemia, dermatitis e hiperqueratosis (engrosamiento de la piel), que se presentan en casos más crónicos, producidos en forma secundaria al rasquido.
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