Especie resistente a condiciones extremas debido a su sistema radicular profundo (sus raíces pueden llegar a los 1,6 m), que la hace tolerante a la sequía y al uso intenso, sobreviviendo donde otros prados no lo pueden hacer.
Puede ser sembrada a lo largo de todo el país, pues soporta bien la sombra y el frío, también suelos húmedos o secos, ácidos o alcalinos. Prospera mejor en suelos fértiles y bien drenados.
Soporta cortes medios y necesita fertilización moderada.

En esta especie podemos encontrar distintas variedades, incluso algunas desarrolladas con el objeto de obtener plantas más pequeñas, las cuales son de hoja más fina, pero mantienen sus características, incluso mejoran la tolerancia al uso y disminuyen los cortes.

Se recomienda sembrarla en mezclas con Poa pratensis o Bermuda para canchas deportivas.